El Grupo Popular va a presentar una moción al pleno ordinario de junio para que el Ayuntamiento de Totana inste al Consejo de Gobierno a la creación de una campaña especifica con la idea de concienciar a la población de que el desecho de alimentos es un problema global que tiene efectos negativos para el ser humano y el medio ambiente, así como graves consecuencias económicas.
Se especifica también que el Ayuntamiento de Totana ponga en marcha todas aquellas campañas y acciones que estime oportunas para implicar y concienciar a los diferentes colectivos del municipio en el problema del desecho de alimentos (familias, supermercados, sector turístico, escuelas, empresas, líderes locales, nacionales y mundiales)
La moción pretende que desde el ámbito municipal se fomente y apoye a iniciativas como Banco de Alimentos, Cáritas o servicios de comedores sociales para que de esta manera se pueda optimizar el aprovechamiento de los alimentos y que así llegue a las personas que más lo necesitan.
Según indica la propuesta, el informe GLOBAL FOOD LOSSES AND FOOD WASTE (pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo), encargado por la FAO afirma que "cerca de un tercio de los alimentos que se producen cada año en el mundo para el consumo humano, se pierden o desperdician", esto supone aproximadamente que cada año de desperdician 1300 millones de toneladas de alimentos.
La misma FAO reconoce que prácticamente un 95% de las pérdidas y del desperdicio de alimentos registrados en los países en desarrollo son pérdidas no intencionadas que se producen en las primeras etapas de la cadena de suministro de alimentos como consecuencia de limitaciones financieras, administrativas y técnicas en los procedimientos de recolección, almacenamiento y refrigeración, así como en los sistemas de envasado y comercialización.
En cambio, un tercio de los alimentos que no llegan a consumirse en los países desarrollados son desperdiciados en el hogar. Así, en el mundo desarrollado, las pérdidas son mucho más significativas al final de la cadena y se deben a prácticas ineficientes, al otorgamiento de una importancia desmedida al aspecto, a la confusión que generan las etiquetas con diversas fechas, y a que los consumidores no dudan a la hora de tirar comida en buen estado.
La Unión Europea se encuentra ya estudiando este asunto y se ha fijado el objetivo de reducción a la mitad los desechos de alimentos aptos y eliminar virtualmente los vertederos para el año 2020.